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Los efectos secundarios de la masificación turística

Se conoce como “turismo de masas” a la tipología turística que provoca la concentración de un alto volumen de turistas en un único destino. En la mayoría de los casos, esta masificación se produce en destinos de sol y playa. 

En la actualidad, son muchos los destinos que se han visto afectados por implantar este tipo de turismo. Venecia, Mallorca y Barcelona son, entre otros muchos, claros ejemplos de las consecuencias negativas que trae consigo la masificación turística. 

A continuación se muestran algunas de los efectos secundarios del turismo de masas que no se aprecia por la mayoría de turistas:

El deterioro medioambiental

Las infraestructuras de un gran número de destinos turísticos no se han diseñado para acoger a multitud de personas. Sobrepasar la capacidad de carga de un destino puede provocar consecuencias medioambientales negativas como la destrucción de áreas naturales, contribuyendo de esta manera a la extinción de multitud de especies. 

Es necesario destacar que la industria hotelera es una de las principales fuentes de residuos en todo el mundo. Tanto el exceso de desechos líquidos, como sólidos, provoca una mayor contaminación de nuestros mares y océanos, disminuyendo la calidad de vida del planeta

La pérdida cultural en destino

La masificación turística también conlleva, en muchos casos, a la banalización de la cultura. En muchos destinos turísticos las tradiciones culturales se vuelven un simple espectáculo destinado principalmente a los turistas, como pueden ser los paseos en Góndola en el Canal de Venecia.

Por otro lado, se produce el deterioro del patrimonio histórico artístico por un mayor uso de este, provocando que la administración pública se vea obligada a establecer horarios y precios de entrada a estos monumentos, restringiendo el libre acceso a la población local.  

Instauración de un monocultivo turístico

En muchos casos, el turismo de masas provoca que otros sectores empresariales queden en un segundo plano, llegando incluso a desaparecer. Esta situación provoca un monocultivo sectorial. En el ámbito turístico, una de las principales consecuencias negativas es la posible paralización económica de todo el destino en situaciones complejas como la vivida en el año 2020 por La Covid-19. 

Por otro lado, el monocultivo turístico también provoca un mayor índice de analfabetismo. Una gran parte de la población deja los estudios a temprana edad para dedicarse a este sector, que acarrea consigo en muchas ocasiones salarios bajos y malas condiciones laborales dada la demanda de empleo existente y la poca oferta de trabajo en otros sectores. 

Malas condiciones laborales

En el mercado laboral turístico se realizan generalmente contrataciones estacionales, de poca remuneración y baja cualificación, viéndose afectada la calidad de la profesionalización del sector.

Al haber una demanda amplia de este tipo de empleos, una gran parte de empresarios toman ventaja de esta situación y establecen unos salarios bajos a sus trabajadores con el objetivo de abaratar los costes de personal. 

Impactos económicos

Son muchos los destinos que han apreciado un aumento de los precios de los productos básicos y el incremento de consumo de suministros como agua, luz y gas, influyendo en el coste de vida de los ciudadanos locales. 

Los precios de la vivienda también se incrementan provocando un efecto especulativo. En destinos como Barcelona o Mallorca, la mayoría de ciudadanos no pueden acceder a una vivienda en ciertos barrios dados los elevados precios de alquiler. En la actualidad, una gran parte de las viviendas están controladas por grupos inmobiliarios o fondos de inversión, lo que conlleva a que los beneficios no se distribuyan entre la población, perjudicando al desarrollo local. 

Con la masificación del turismo los precios de los productos básicos y los suministros como agua, luz y gas se ven incrementados, influyendo en el coste de vida de los ciudadanos locales. Este tipo de impacto provoca un malestar en la población, causando turismofobia. Este término hace referencia al temor, aversión o rechazo social que sienten los ciudadanos locales de un destino hacia los turistas. 

Necesidad de un cambio de paradigma

Por esto y por otras consecuencias negativas que trae consigo el turismo de masas, es necesario apostar por destinos emergentes.

La única forma de transformar el paradigma es concienciar al consumidor de la necesidad de un cambio en sus hábitos de consumo, incidiendo en la importancia de apostar por destinos no masificados donde el turismo funcione como motor económico.